Toda la humanidad ha estado recogiendo uno a uno los pedazos de la vida que fue.
Nuestra respiración y nuestro corazón, nos recuerda nuestro latido, uno tras otro, acompañándonos entre un paso y el otro.
Abrazamos esta vida nueva que renace desde el alma, abrazamos el corazón quebrantado, la garganta apretada de tanto llorar.
Y renacemos desde el alma, como una tela en blanco...pero con historia.
Cada uno de los pedazos recogidos se cuadran en un nuevo modelo, nuestra alma que renace les ofrenda colores, tonalidades...somos los mismos pero diferentes, de la piel para adentro todo encuentra un nuevo orden.