Gabrielle pasó su infancia en colegios católicos y yendo a clases de ballet clásico, circunstancias que le aportaron disciplina y despertaron en ella su interés por lo sagrado, al mismo tiempo que repercutieron su autoimagen corporal que desarrollaría y su sexualidad en ciernes.
Se refugió después en el Rock and Roll y en el baile, sola en su habitación con la música a todo volumen, comenzó a experimentar el gozo extático, estado que luego se convertiría en núcleo del trabajo que años más tarde compartiría con los demás.
En la universidad siguió formándose como bailarina y para poder ganarse la vida trabajó en varios tipos de oficios, enseñando danza y dando clases de teatro a personas mayores, a pacientes en hospitales y jóvenes en reformatorios. Mientras trabajó en uno psiquiátrico con un grupo de pacientes catatónicos se dio cuenta que tendría que usar instrucciones muy sencillas para estimularlos e incentivarlos a moverse: paso al frente, paso atrás, paso a la izquierda, paso a la derecha, etc.
Por una lesión que sufrió en la rodilla tuvo que abandonar el sueño de convertirse en una bailarina profesional. Y fue entonces cuando Gabrielle se dirigió al Instituto Esalen en búsqueda de exploración y crecimiento personal. Allí se incorporó al equipo de masajistas local y conoció a Fritz Perls, fundador de la terapia Gestalt, Fue él quien le abrió las puertas para que explorara la danza como herramienta sanadora y se convirtiera en la especialista de movimiento de Esalen.
En la década siguiente, y con Esalen como laboratorio, Gabrielle guió a miles de danzantes y pudo percibir la historia individual de cada cuerpo a través del movimiento, observando donde fluían o se quedaban estancados, y enseñando que no se requerían pasos específicos ni formas adecuadas para poder moverse. Solo las propias.
Investigó la falta de conexión que tenían sus alumnos con sus propios cuerpos, y con los demás, y fue testigo de cómo la danza era una vía para disolver las barreras que nos habíamos autoimpuesto
Gabrielle comenzó a explorar el mundo de la percusión y los distintos tipos de ritmos que estimulaban diferentes movimientos en el cuerpo. La escena musical de Esalen solía consistir en largas y vibrantes sesiones de percusión en vivo, que permitían que el cuerpo se mantuviera en movimiento por mucho más tiempo que con la mayoría de las canciones grabadas en disco. Esto se convirtió en una de las bases fundamentales de su trabajo. Fundo la disquera Raven Recordings con su marido Robert Ansell, iniciando así una nueva tendencia en la música “Nueva era” de utilizar temas de percusión de larga duración para la danza-trance, la meditación y el masaje. Raven ha lanzado más de quince discos que acompañan a la práctica de 5Ritmos.
Gabrielle amplió sus conocimientos bajo la tutela de Oscar Ichazo maestro psicoespiritual chileno, fundador de la escuela de desarrollo espiritual, Arica. De sus enseñanzas adquirió una gran comprensión sobre la personalidad, el ego, el alma y el espíritu del ser humano. Luego incorporó esos elementos a la danza junto con las influencias de Bhagwan Shree Rajneeshm, de los sanadores psíquicos filipinos y de las tradiciones chamánicas de los indios americanos.
Gabrielle fue tomando consciencia de que cuando sus alumnos se movían, iban creando olas de energía, patrones y ritmos, y fue así que comenzó a articular los 5Ritmos: Fluido, Staccato, Caos, Lírico y Quietud.
Gabrielle dejó California para mudarse a la Costa Este y vivió primero en Nueva Jersey. Luego sintiendo el pulso de las calles de Nueva York, encontró allí su hogar convirtiéndose en una Chamana Urbana. Durante los siguientes veinte años, esa urbe fue su inspiración y el laboratorio ideal para mantenerse en el umbral de los diferentes territorios que los 5Ritmos atraviesan.
Gabrielle viajó durante más de cuarenta años por todo el mundo, liderando talleres y guiando a decenas de miles de almas que buscaban liberar sus corazones y mentes a través del cuerpo. En todo ese tiempo fue desarrollando los distintos mapas que integran la cosmología de los 5Ritmos – Waves, Heartbeat, Cycles, Mirrors y Silver Desert. Incentivando a las personas a moverse explorando el cuerpo, el corazón, la mente, el alma y el espíritu. A partir de su experiencia como actriz, formadora y directora de teatro, Gabrielle incorporó la técnica Meisner de repeticiones al currículum de talleres de los 5Ritmos, como herramienta de investigación en el trabajo de teatro ritual que se lleva a cabo en mapa de Mirrors. Gabrielle invitó a Jonathan Horan, su hijo y su colaborador más cercano, a expandir ese mapa en tres módulos distintos:
Gabrielle siempre tuvo claro que los 5Ritmos no son una terapia aunque son profundamente terapéuticos. Describió su obra como un arte sagrado, impregnado de representaciones y danzas que narran las historias de nuestra vida, en las que nos podemos quitar las máscaras y revelar quienes somos a través del movimiento, no hablando.
En 1988, a través del Moving Center® y sus representantes principales comenzó a formar a profesores para que impartieran sesiones de 5Ritmos Actualmente son más de trescientas almas danzantes que han completado ese programa. Posteriormente se fundó la asociación de profesores 5Rhythms Teachers Association, y la organización sin fines de lucro 5Rhythms Reach Out; así como la sección de artes escénicas 5Rhythms Theater – todas ellas dedicadas a compartir la filosofía, perspectiva y práctica de los 5Ritmos con todo el mundo.
Gabrielle se desprendió de su cuerpo y prosiguió a su siguiente aventura danzante el 22 de octubre de 2012, quedando su esposo Robert Ansell a cargo de Raven Recording y su hijo Jonathan Horan, como guardián de la llama de los 5Ritmos. Dejó esta vida rodeada de cariñosas despedidas, bendiciones y recuerdos de su comunidad danzante que llegaron de todos los rincones del mundo.
Antes de morir, Gabrielle trabajó muy cerca con Jonathan para crear un Mapa de 500 años que contiene su visión y sus deseos para el desarrollo de los 5Ritmos en su ausencia, y a través de 5Ritmos Global. Jonathan recibió sus últimos deseos el 22 de abril de 2013:
Mi Jonny:
Le pedí a la Srita. Morgan que anotara esto y te lo diera seis meses después de mi partida. Es una carta para ti, aunque siento que muchos escucharán también estas palabras. Deja que vuelen.
Tomé en mis manos un espejo.
y lo sostuve frente a mi para adentrarme profundamente en mí.
Giré el espejo para que los demás se adentraran en sí mismos con la misma profundidad.
Sostuve el espejo hacia mí y hacia otros para que juntos nos adentráramos profundamente en nosotros.
Este espejo permite que cualquiera se aleje de él.
Este espejo permite que cualquiera regrese a él.
El espejo nunca se rompe.
Yo te di ese espejo.
Sujétalo como lo hice yo.
Cuando te mires en él, siempre me verás a mí.
Somos uno. Te amo.
~Gabrielle Roth 1941 – 2012