Tu cuerpo pulsa, tus pies baten la tierra, tu fuego crece…la danza y tú se vuelven uno.
Todo tu cuerpo danza al ritmo de la magia.
El ritmo comienza a sonar y un nuevo llamado nos convoca al encuentro, sin prisa pero sin pausa, uno a uno nos vamos sumando. Aquí estoy, aquí está mi mano, mi mirada, mi sostén para tí. ¡Creemos juntos un fin de semana diferente!